Doctora Patricia
Es la primera vez que vengo a Medjugorje. Yo soy muy Mariana. Soy doctora y me he pasado más de un año trabajando con Covid-19, en la pandemia, y realmente necesitaba reposo para el alma, desconectarme, y pensé que el descanso mayor para mí era venir aquí, y por eso incluso vine sola, porque no quería ningún tipo de distracción.
También en mi país, República Dominicana, es uno de los pocos países donde no se ha aceptado el aborto en el mundo entero, estamos recibiendo mucha presión internacional y vine a presentar a mi país para que la Virgen nos ayude a que realmente nunca pase esa ley y nos mantengamos siendo héroes de la vida en la historia de la humanidad.
Esas dos fueron mis mayores intenciones.
Yo realmente nunca me había sentido como en el cielo, y aquí puedo decir que lo he sentido. Incluso estamos oyendo los pajaritos, las mariposas, aquí vive la naturaleza… las personas con el rosario en la mano, la amabilidad extrema. El amor representado en tantas personas aquí que yo realmente no me quisiera ni ir. Me acuesto tarde porque no quisiera que el día se terminara. Todo está proyectado a enriquecer el espíritu, desde las oraciones, la adoración 24 horas a la que tenemos acceso. Aquí no siento problemas, siento una profunda paz, con mi espíritu lleno, fulfilled, totalmente.
El grupo con el que estoy vino de Carolina del Norte y realmente nos conocimos aquí, pero nos hemos hecho amigas de vida porque me he sentido compenetrada en un mismo espíritu. Bueno, las quiero como si las hubiera conocido de toda la vida. Yo creo que eso también es un regalo de la Virgen: haber venido sola y haber encontrado un grupo de acogidas tan hermoso aquí.
Algo significativo para mi es que pudimos compartir con Mirjana. Me impresionó su sencillez y humildad. Sintiéndose servidora de todos nosotros, al igual que toda su familia. Me ha cautivado con su ejemplo, trabajando para nosotros, agradeciendo que hayamos respondido al llamado de la Madre.
También, realmente se percibe la vocación de los sacerdotes que sirven aquí. Una vocación real de llegarle al pueblo, de guiarlos hacia su verdadera conversión, a través de la confesión y con el deseo de acompañarnos en este momento tan importante en la historia de todos nosotros que venimos aquí en busca de respuestas. Con sus testimonios de vida, procuran nos llevemos el regalo de una sanacion interior, y están todos unidos para conquistar ese propósito para que todos realmente salgamos diferentes de este lugar.
Ven a Medjugorje. No dejes de venir. No pierdas esta oportunidad de transformar tu espíritu y convertirte, con la ayuda de la Virgen María, en esa persona especial que Dios ha diseñado en amor desde la eternidad.